Trufas al curry de chocolate y coco

PREPARACIÓN

1. En primer lugar, ponemos un cazo alto con un poco de agua al fuego y vamos calentando sin llegar a hervir. Mientras tanto, cortamos el chocolate a cuchillo en trozos pequeños. Esto hará que se derrita más rápido.
2. Lo vertemos en un cuenco apto para el calor, junto al aceite de coco. Ponemos el cuenco encima del cazo que teníamos al fuego y vamos derritiendo y mezclando todo al baño maría, hasta que veamos que el chocolate está casi derretido. Apartamos el cuenco y seguimos removiendo para formar una mezcla homogénea y líquida, sin grumos.
3. Añadimos la leche de coco y seguimos removiendo. Con la leche de coco que te sobre puedes guardarla en un bote de cristal en nevera durante hasta 3 días máximo para otra elaboración, como un delicioso curry o unas cookies integrales de avena y coco .
4. Añadimos la canela y la pimienta rosa y dejamos reposar hasta que se entibie la mezcla. Debe estar a temperatura ambiente. Después añadimos la sal marina gruesa y removemos (no la he añadido antes para que no se derritan los granos). La idea es que al comerte una trufa, te encuentres algún granillo de sal gruesa y queda genial en boca. Por si no lo sabías, tanto la canela, como la pimienta rosa y la sal, realzan el sabor del chocolate, pero si no quieres añadir alguno de estos ingredientes, no pasa nada; la fórmula de la receta no se verá afectada, sólo el sabor.
5. Reservamos la mezcla en nevera durante 3 horas para que se solidifique y podamos trabajarla para formar las trufas.
6. Transcurrido ese tiempo, saca de la nevera y ve formando bolas del tamaño que más te guste, aunque te recomiendo que no sean demasiado grandes (pero si te gustan tamaño albóndiga, siéntete libre; quién soy yo para cohibir a nadie...). Además, tampoco hacen falta que sean bolas perfectas, que se note que son caseras. Incluso puedes darle la forma que te apetezca, por qué no ...

7. No te olvides de tener al lado un cuenco con el cacao en polvo mezclado con el curry y el coco rallado, para ir echando en él las trufas y que se vayan rebozando. Antes de pasarlas al recipiente final donde las vayas a conservar, sacúdelas un poco para eliminar el exceso de cacao.

Y voilá, ya tienes listas unas deliciosas trufas sin nata. Y también las manos y la encimera de la cocina llenas de chocolate por todas partes, ¿a que sí? no te agobies, son gajes del oficio y el resultado final merecerá la pena.

Te recomiendo que no las cates hasta que hayan reposado en nevera al menos un par de horas, aunque no sé porqué te digo esto. Seguro que ya las has probado en la fase 1, 2 y 3. No pasa nada, te entiendo perfectamente, pero si ahora te parece que están deliciosas, cuando enfríen, estarán muuuucho mejor.